Hola, en este apartado os voy a ir contando “Mis cosas”, es decir, aquello que cause en mí, algún sentimiento especial, alegría, diversión, tristeza etc. a lo largo de este curso…
Por ello, me apetece contaros que el pasado día 31 de Octubre, celebré la noche de Halloween en mi casa junto con mi familia.
Ese día me dediqué a decorar la casa con guirnaldas con calabazas, globos negros y naranjas, arañas, murciélagos, velas…etc.
Advertí que el que no viniera disfrazado no cenaría, y funcionó, todos se disfrazaron…
Conseguí lo que nunca nadie había conseguido, que mi padre (un hombre muy serio y vergonzoso) se disfrazara, aunque he de decir que le hice un pequeño chantaje; Le dí a elegir entre una peluca de mujer o un gorro y mascarilla de enfermero.
Finalmente, después de mucho insistir se lo puso mientras recibíamos a los invitados, minutos después se lo quitó. Ah, por cierto, eligió disfrazarse de enfermero…
Yo me disfracé de doctora asesina, busqué en el último momento algo, y encontré una bata blanca, la manche de rojo y junto con una peluca pelirroja de pelo corto…nadie me conocía ni tan siquiera mi novio que tras abrirle la puerta, me saludó tímidamente ya que pensaba que era una vecina.
Él venía disfrazado de “El cuervo”, a mi madre la ayudé a disfrazarse de “La prima hermana de la exorcista” (estaba digna de ver), mi hermana y mi cuñado de vampiros y mi sobrino de monstruo.
Después bajamos un rato a la calle, y nadie, nadie nos conocía. Era una sensación extraña porque nadie nos saludaba…los niños salían corriendo y gritando al ver a mi novio que realmente daba un poco de miedo.
La cena mereció la pena, al igual que todas nuestras reuniones familiares, ya que la risa es siempre nuestra mejor aliada y lo pasamos genial.
Aquí os dejo alguna que otra foto para que podáis vernos y opinar cuál de todos daba más miedo o más risa…jajaja.
¡Hasta la semana que viene !
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