¡ Holaaaa !
He de deciros que estos días atrás he estado con anginas…
Empecé a ponerme malita el viernes, sintiendo más frío de lo normal. El sábado me fui a trabajar y poco a poco me iba sintiendo peor, sin fuerzas…
El domingo, la fiebre me subió hasta 39,5º C por ello ni el lunes ni el martes pude asistir a clase. La garganta me dolía muchísimo y casi ni he podido comer (lo malo para algo es bueno, he adelgazado 1 kilo jaja)
A pesar de encontrarme mal todavía, sin ganas de nada, ayer me incorporé a la
“uni” porque pasaba de estar en casa, agobiada por perderme las clases. Me puse al día con los apuntes y mis “compis” me dieron una alegría…
¡Hemos sacado un 8.2 en el proyecto de Cuadernia! ¡Toma ya!
Al menos, nuestro esfuerzo y las dificultades, han tenido su recompensa.
Cambiando de tema…
Ayer día 1 de diciembre, empezó a entrar por la puerta de mi casa el “Espiritu Navideño”.
¡Estoy súper- feliz! Son las fiestas que más me gustan del año. En mi casa estas fechas son muy especiales, y las esperamos con mucha ilusión.
Esta “ilusión” se la debo sin duda, a una persona que…
- Está llena de dulzura y sensibilidad
- Intenta hacer feliz a los demás, sin recibir nada a cambio.
- A pesar de tener días malos, siempre tiene una sonrisa.
- No tiene enemigos, porque todo lo perdona.
- Vive por y para los suyos.
- Nunca se cansa de darlo todo.
- Se levanta cada mañana (sin faltar una) a prepararme el desayuno, y despedirse de mí.
- Siempre espera un “toque” mío, para saber que he llegado bien a mi destino.
- Es el pilar más importante de mi vida.
Esa persona…es mi madre. Pero lo que más me llena de satisfacción, es que no solo yo podría aumentar esa lista de cualidades, sino cualquier persona que la conoce.
Desde pequeñita, me ha transmitido la magia de la Navidad , de los Reyes Magos…
Lo hizo tan bien, y de una manera tan especial que se lo agradeceré toda la vida, ya que a mi sobrinos, le puedo transmitir esa magia, de la misma manera que ella lo hizo conmigo.
Soy muy consciente de que esa magia desaparecerá únicamente, cuando ella no esté…porque nada será igual.
Pero prometo hacer un esfuerzo, para que el día de mañana mis “futuros hijos” me lo puedan agradecer a mí.
Hasta la semana que viene...
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